miércoles, 16 de octubre de 2013

Poesía al sueño eterno



Soñé que estabas conmigo y no quise despertar.
En ese mismo momento, mi alma echó a volar.
Fui a encontrarme contigo, tu cuerpo me acobijó,
y tu alma con mi alma, ya estamos juntos tú y yo.
Cuando se ama de verdad, sueñas con el ser querido y no quieres despertar.

domingo, 14 de julio de 2013

Para el hombre que más he querido

El día que tú te fuiste, todo se derrumbó dentro de mí, tan solo me quedó, mi amor por ti. ¡Qué pena y qué dolor, en esta soledad no sé vivir sin ti!. Aún siento tu calor y hasta tu aliento cerca de mí y es que, mi pobre corazón llora por ti. Espero que algún día, yo pueda estar cerca de ti, acariciar tus manos y decirte te quiero y, tan sólo con eso, seré feliz.

Poesía a mi gran amor: mi marido

Te fuiste una mañana, dejándome en soledad y un gran vacío en el alma, que nadie podrá llenar. Paco, te he querido tanto, y siempre te voy a querer porque te llevo en mi alma y hasta el día de mi muerte, muy dentro te llevaré. Siempre estás en mis pensamientos, nunca te voy a olvidar, tú siempre serás la luz, que mis pasos guiarán. Te voy a querer toda mi vida. Tu esposa, Pepi.

viernes, 12 de julio de 2013

Para mi querida amiga Lucía

Mi señora del Carmelo, reina y señora del mar, protege a los marineros que salen a navegar y a los que estamos en tierra, mi Virgen, protégenos. Tú eres la madre más buena, la más hermosa, más pura y la más llena de amor. Cuida a tu hija Lucía y dale tu bendición, que ella a ti te venera y tiene su corazón que le rebosa de amor por ti mi reina y señora, y por tu hijo Jesús.

miércoles, 29 de mayo de 2013

A mi querida peluquera Sonia.

Acércate a la bahía, niña de los ojos verdes. Que entre la lejanía, tus ojos el mar embellecen. Que cuando llega mi barco y tú en el muelle estás, mi alma y mi corazón rebosan felicidad.

domingo, 29 de abril de 2012

Poesía de amor

Como han pasado los años, y aún te sigo queriendo. Como han pasado los años, y aún te tengo en mis sueños. Son cosas que no se olvidan cuando están en el corazón. Heridas que no se curan, cuando se lleva en el alma el puñal de la traición. Como han pasado los años, y no he podido cambiar. Te cambian los desengaños, pues la vida sigue igual.